domingo, 11 de diciembre de 2011

Capítulo 3


Capitulo 3
-¿Así qué me quieres mucho?- intervino la actriz con una fingida sonrisa- ¡Ay qué lindo! Yo también te adoro mon amour.
Al verla el rostro de David empalideció al instante.

- Co… Cora… no sabíamos que estabas aquí - pronunció el actor entre sorprendido y enojado.- ¿Qué diantres hacías ahí escondida? ¿A caso nos espiabas?

- ¿Y si así fuera qué? - contestó Cora acercándosele hasta llegar a rozar suavemente su cabello- Una se entera de cosas bien interesantes ¿no crees?

- ¡Me parece el colmo de la desfachatez! –exclamó David buscando la reacción de su padrino quien se limitó a sonreír.

- Don Ángel, ¿cómo está?- dijo Cora ignorando el comentario del actor- aquí andaba echándole un vistazo a los decorados… y déjeme decirle que están de lujo. ¡Buen trabajo!

- Gracias hermosa, no sabes qué suerte encontrarte por aquí. – Le respondió su jefe amablemente- Tenía pensado enseñarle a David el set, aprovechando que me llamó Ricardo para unos detalles del casting. Ya sabes, el estrés de estas primeras semanas…

- Sí, imagino.- Asintió la actriz.

- Bueno, ahora si no les importa debo retirarme. Ricky está desesperado, parece que no le han traído las listas y ya se le empiezan a formar las colas.- Anunció su jefe- Si quieren quédense ustedes echando un vistazo y así tienen tiempo para hablar, conocerse… whatever.

- ¿Qué? ¿Ahora te vas? No que…-reaccionó David inquieto- mira déjalo, ya tendré tiempo para ver el foro otro día… como que prefiero irme a casa.

- David, tú te quedas. –Inquirió Don Ángel autoritario- Encárgate de atender a Cora; le comunicas lo que hablamos en la junta y todos los detalles del proyecto. ¿Sí?

- Como desees padrino- respondió David con rin tintín.

- Por cierto, Cora ¿tienes planes para el almuerzo?- preguntó Don Ángel- Teníamos pensado comer en la condesa ¿Te vienes?

- Ajá, está bien.- dijo Cora contemplando, divertida, como David se llevaba una mano a la cabeza.- Será un gusto acompañarlos.

- Perfecto, los asuntos acá, calculo no me ocuparan más de tres horas. Luego les hablo.- Concluyó el dueño de la televisora volviéndose hacia la puerta.
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-Lucía, ¡párale ya! ¡¡NO es NO!!- gritó su madre.


- Pero mamá…- dijo Lucía con lágrimas en los ojos- soy la única que no va a ir ¡No es justo! Papá, por favor…


- Yo no tengo nada que decir, ya tu madre dijo que no.- dijo su padre con firmeza.


- ¡Los odio! ¡Solo quieren amargarme la vida!- gritó Lucía.


- ¡Cállate! No tenemos porqué aguantar tu insolencia- dijo su madre furiosa- ya estás grandecita ¿no te parece?


- Lucía, solo pensamos en lo que es mejor para ti. Es que se te ocurre cada locura, hija- suavizó su padre- ¿Cómo si quiera se te pasó por la cabeza que te íbamos a dejar? Tienes que ir a clase, estudiar… ya sabes, lo normal.


-Pero… ¡ahhhhh!- Gritó Lucía- ¡ya soy mayor y si no me da la gana ir a clase pues no voy!


- Ni que te mandaras sola… es más ni siquiera eres mayor de edad- contestó su madre.

- Mira Lucía, dejemos el tema, no es no ¿Entiendes? ¡No!.- Su padre perdió su característica paciencia.

-¡No los quiero volver a ver en la vida!- Gruñó Lucía encerrándose en su cuarto- ¡No voy a salir nunca de aquí!

- Está bien, quédate ahí el tiempo que te dé la gana- dijo Elena, su madre- Así no te aguantamos la perreta de niñata malcriada.

- Por Dios… - suspiró el padre llevándose las manos a la frente.- Nena haz lo que te plazca pero cállate, ya me entró la migraña.

Lucía se sentó en su cama sonriendo con malicia.

-Así que… ¿Que haga lo que me dé la gana? ¿Qué me quede acá el tiempo que quiera?- se dijo Lucía sacando el celular y marcando un número de teléfono.- Gracias papitos.

-¿Marta? ¡Hola amiga!- dijo Lucía- Como era de esperarse dijeron que no. Entonces… ¿En media hora en la puerta?

-Ajá. Por mi bien. Ya hable con las chicas.- contestó su amiga- ¿Y tú? ¿Qué piensas hacer? ¿Te vas a escapar? Ay Lu… No tienes remedio.
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Una vez se hubo retirado Don Ángel, Cora se acercó a David y le agarró con fuerza por el cuello de la blusa.

-¿Tonces qué? ¿Qué ideíta se te ocurrió imbécil?- le dijo Cora en actitud desafiante.

- Vaya, vaya… hasta que al fin regresaste mi adorada Cora.- Se burló el actor.- Menos mal que te diste cuenta que conmigo no te valdría el numerito de princesita ingenua. Yo no soy como mi padrino, soy más inteligente, más  perceptivo y además…

- ¡Ayy! ¡Ya! ¡Por dios! ¡Cállate! ¡Qué flojera!- exclamó Cora interrumpiendo a David- Que sí nene, que sí. Ya sabemos lo maravilloso de la muerte que eres y también lo presumido y petulante. Hazle un favor a mis oídos y te ahorras el discursito.

- Uff… ¡qué dura, Cora! te juro, si me importara tu opinión ahora estaría deprimidísimo y a punto del suicidio.- Dijo David con gesto afligido.

- Pero como no te importa…- Adivinó Cora- ¿A qué esperas? Desembucha mi rey. ¿Qué es eso que se supone me ha de molestar?

- ¿Molestarte? No creo.- Dijo David con sorna- Adoras a tus fans ¿me equivoco?

- Tanto cómo tú… - respondió Cora con una mueca- ¿entonces?

- ¡Qué bueno! Pues te cuento, está súper… - le informó David- Fue idea de las fans… y pues tú sabes… el público manda…

-Ajá.- Asintió ella.

- Resulta que nos preguntaron por los castings; nos dijeron que habían varias estudiando interpretación y que les encantaría presentarse. Nos pareció una idea loca pero muy divertida - siguió David- y  pues… ¡que aceptamos! preferencia absoluta para ellas. Se pusieron en contacto con Ricky por twitter… las vieras que avispadas. Ya andarán por los pasillos todas locas con el casting.

- Osea ¿tú me estás diciendo qué vamos a trabajar con nuestras fans?- preguntó Cora con incredulidad.- ahhh te refieres a un capitulo o algo así ¿no? Para que conozcan el rodaje…

- No, no. Toda la novela.- le aclaró el actor- por mí no hay problema, adoro a mis Davinias… ¿y tú? ¿Algo que objetar? Más que nada, digo…  porque tus fans son… ¡muchas!

Cora se mordió la lengua, reflexionó un momento y sonrió.

-Por supuesto que no…- dijo, lanzándole a David una mirada llena de ira - esto va a ser bien divertido.
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Es la 1 de la tarde y un grupo de jóvenes charlan, mientras esperan por fuera del área de castings.
-Ayyy ¿qué hora es? ¡Ya estoy impaciente! Llevamos esperando más de 2 horas, ¡no se vale!- dijo Vale nerviosa.- ¿Y si vamos a buscar al encargado?

- No sé, quizás sea mejor esperar- opinó Lydia- ayyy chicas que nervios, ¿os dais cuenta que por aquí ha de andar Cora? No puedo creer que por fin vayamos a conocerla.

- ¿Tú crees que este por aquí? Aún no empieza el rodaje… - dijo Fernanda.- De cualquier modo ¡que felicidad!

- ¡Hola! Por fin llegué chicas, ¿me esperabais? – saludó Marta.

- ¡Oh my god! No puedo creerlo… era en serio lo de que te ibas a venir a México- Exclamó María Luisa- ¡Marta estás loca! ¿Cómo le hiciste?

- Es una larga historia, ¡pero qué falta de confianza me tenéis! Dije vengo y… ¡aquí estoy!- sonrió Marta.- Y aquí me quedaré… ya tengo hasta casa, ¿no Jessi?

- Sí, Martita… por cierto desde la casa se ven genial los partidos de las chivas, ¡y está cerca de la uni! – Dijo Jessi emocionada- mi tía fue un encanto al prestárnosla.

- Y… ¿alguien sabe de Lucía?- Preguntó Nadeska- Hablé con ella ayer por la mañana y parecía muy triste.
- Sí, es que parece que sus papás no la dejaban venir al casting- contestó Vale.

- Jo, pues con lo emocionada que estaba, la pobre…- añadió Lydia- ¡Qué fastidio es eso de ser menor de edad!

- No os preocupéis chicas, acabo de hablar con ella hace un rato… y sí que viene- Intervino Marta- cuando a nuestra amiga se le mete algo en la cabeza es muy difícil persuadirla.

- Osea, ¿qué se va a escapar?- dijo Jessi asombrada- ¡qué fuerte! ¡Qué fuerte me parece!
Se oye un celular.

-¡Fernanda!- gritan todas- ¡te llama el del martes!

- Qué graciosas… no, mira por dónde es mi mamá…- Contestó Fernanda medio sonrojada mientras sacaba su celular.- Shhhh…

- Sí claro… - se burló Nadeska.

- Fer, el juicio mi Fer… - dijo María Luisa riéndose.- ¡Chicas somos terribles!

- ¡Hola chicas! Estaba en la cafetería- saludó Esmeralda.- ¿Aún no sale Ricardo?

- No nena, tu primo nos tiene abandonadas…-contestó Nadeska.

- Le voy a jalar de las orejas, como es eso de tener a mis Coritas esperando...- dijo Esme con picardía.- ¿Ven? a veces ni tener manga ayuda…

- ¿Cómo que no? Gracias a él nos escucharon para lo del casting…- dijo Lydia.
- Ayy pero no lo aguanto, se ríe todo el rato de que sea fan… me tiene hartita- añadió Esme refunfuñando- es muy maldito…

-¿Con qué te tengo hartita primita?- Ricardo apareció por fin.- ¿A qué te dejo fuera del reparto por lista?

- No serías capaz…- le tentó Esmeralda- Con lo buena prima que soy… Mira, te presento a mis amigas: Lydia, Marta, Nadeska, Jessi, Vale, María Luisa y Fernanda.

- Encantado chicas, yo soy Ricardo, el director de casting- se presentó el joven- aunque supongo que ya Esme les habrá hablado de mí… así que ustedes son las fans de Cora Gurmendi ¿No?

- Sí- contestaron todas al unísono.

- Primero que nada les digo que nadie les va a regalar el papel, aquí a trabajarse el casting como todo el mundo ¿eh?- advirtió Ricky sonriendo- pero ya las estoy viendo vestidas de egipcias, no es por nada…

De pronto, una joven de unos 17 años aparece corriendo por el pasillo, a toda prisa.

- ¡Lucía! Por fin llegas mija…-exclamo Marta al verla- pensé que ya no vendrías.

- Buenos días o mejor dicho tardes… perdón por el retraso, he tenido unas pequeñas dificultades técnicas…- susurró Lucía- trepando por el balcón de mi cuarto.

- ¡Ala! así que tenemos aquí a una catwoman… es bueno saberlo- rió Ricardo.- encantado princesa, soy el director de casting.

- Un gusto, me llamo Lucía… -sonrió la joven con timidez.

El director desvió la mirada hacia un grupito de chicas que charlaban con nerviosismo.

- Y… Ustedes han de ser las fans de David… - adivinó el joven.

- Ajá, así es- contestó una de ellas.

- Un placer señoritas he de decirles que su divo es un tipazo… y además mi mejor amigo.- les comentó Ricardo.

- Bueno, ¿ya estamos todas? Pueden pasar a la sala que ya vamos con retraso.- dijo Ricky abriendo la puerta y haciendo un gesto al resto de la gente de la fila para que esperara su turno.- Primero voy con las coritas.

Una vez en la sala, alguien llamó a la puerta y el joven director se acercó a ver quién era. Un individuo bastante maduro, de porte elegante y constitución fuerte, esperaba a fuera de la sala. Al instante, Ricardo lo saludó reverencialmente y lo invitó a pasar. El hombre sin mucho ánimo le entregó unos papeles y se limitó a informarle algunas novedades al tiempo que dirigía una fría mirada a las jóvenes reunidas en la sala. De pronto sus ojos se posaron en el rostro pálido, casi inerte, de una muchacha que lo miraba desconcertada.
- Lucía ¿qué demonios haces aquí?- Inquirió Don Ángel entre sorprendido y enojado.

- Pa…Padrino…- tartamudeó ella.- ¿Tú? ¿Tú trabajas aquí? Pero si me habías dicho…

- Bueno jovencita, eso ahora no importa ¿tus papás saben que estás acá?- preguntó él en tono amenazante.
- Sí, claro- mintió Lucía atemorizada por un instante.

Don Ángel apretó los puños y se mordió la lengua, la sala quedo en silencio por unos segundos, hasta que el hombre reacciono.

- Pues un gusto haberte visto ahijada… me saludas a tus padres ¿sí?- prosiguió Don Ángel tratando de aparentar indiferencia mientras la ira se apoderaba de su ser.- ahora he de irme ¿Ricardo me haces un favor? Necesito hablar contigo.

- Ya voy… - balbuceó Ricky.- espere un segundo que termine con…

- Ricardo, ¡ahora!- Inquirió su jefe con voz firme al tiempo que abandonaba la estancia.

Las muchachas, perplejas, guardaron silencio por un buen rato al quedar solas en la sala de audiciones. Lucía parecía desvanecida de la impresión.

-Era el dueño de la televisora ¿no?- Lydia rompió el hielo- Don Ángel Salazar.

- Así es- afirmó Esmeralda convencida.- yo lo conozco.

- Y no eres la única- añadió Fernanda- ¿De qué lo conoces Lucy?

- No, el no puede ser Don Ángel, es mi padrino y… ¿cómo va a ser el dueño de la televisora? - pronunció Lucía poco convencida de sus palabras- ¡qué ridículo! Él… él se llama Nicolás y es profesor en Tijuana…
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Cora y David llevaban un buen rato esperando a Don Ángel en el set y, ya la tensión comenzaba a sentirse en el ambiente. La actriz, tumbada en un diván, leía con esmero las escenas que grabarían el lunes;  mientras tanto, David,  aburrido y en silencio, pensaba en cómo incordiar a su compañera.

-Oyes Cora, una duda ¿cómo has llegado tan lejos? Digo… eres linda y todo eso… pero, como actriz… lo siento pero no sé qué te ven- comentó David tratando de chinchar a Cora.

-¿Perdón?- dijo Cora levantando la cabeza por un instante.

- Nada, por mera curiosidad te preguntaba… ¿como con cuántos te has metido para llegar hasta aquí?- remarcó David con una sonrisa- es que de otra forma no me lo explico, tú discúlpame.

-Vete al diablo- dijo Cora riéndose y siguió leyendo sin prestar más atención.

- A ver si me entiendes princesa, no es que dude de tu talento… de hecho, me pareces muy talentosa…- siguió David- pero… enredando viejos influentes. 

Cora respiró hondo y siguió estudiando el guión.

-Churnia trepadora…- probó David, buscando enervar a la actriz.

- Jo, querido, ¿qué te molesta? ¿No poder hacer lo mismo?- le respondió Cora, ya cansada por la insistencia del actor- Lo siento, pero te prometo que cuando conozca a algún productor gay te lo presento.
David se acercó al diván de Cora, quien seguía leyendo imperturbable, y se apoyó en el respaldo.

-Te crees muy graciosa ¿no? Ahora dudando de mi hombría… - dijo David enojado.

- ¡Uff! Le llegó hondo, se dio por aludido, preocupante… ¿Y si así fuera? ¿Si estuviera dudando de tu “hombría”?-se burló la actriz- A tus fans les encantaría darse cuenta que su divo es mariposa ¿no crees?
David agarró a Cora por el brazo y la levantó del diván sin hacer apenas esfuerzo, provocando que los papeles se esparcieran por el suelo.

-¿Qué haces? ¡Suéltame idiota! Y ahora vas y recoges los papeles… y los quiero ordenaditos.- la actriz levantó la voz por primera vez.

-¡A mi ninguna mantenida trepadora me da órdenes!-gritó el actor.

- Mira quién habló de mantenidos, el niño del padrino… que no se ha ganado un peso por sí solo.- Cora estalló- El recogido que lleva viviendo en la casa de un extraño desde la muerte de sus papás porque su madre era una…

- ¡Cállate! Ni menciones a mi madre… no te atrevas- le advirtió David- yo también se cosas de tu vida ¿sabes?

- ¿Ah sí? ¿Y qué sabes? si se puede saber…-dijo Cora con prepotencia.

-¿De veras quieres que te lo diga?- preguntó David, y sin esperar respuesta continuó- pues sé que no eres sino una desgraciada y estúpida marioneta… manejada por una madre que no le importa vender a su propia hija.

Cora furiosa abofeteó a David con todas sus fuerzas haciéndole perder el equilibrio, mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla. David se enderezó y sosteniéndose, con las manos, el rostro adolorido por el golpe comenzó a lanzar cuchilladas al corazón de Cora.

-¿Recuerdas aquella noche?, yo apenas un niño, estaba allí aquel día… recuerdo a una joven actriz, de 17 años apenas, cambiando su dulzura por un armazón de fiera… y… -David titubeó, quería herirla, pero tal vez se había extremado, a lo mejor no deseaba lastimarla tanto.

Cora se había dado la vuelta, no podía mirar a David a los ojos… de pronto algo en ella se quebró y unos recuerdos que había luchado por encerrar en lo más profundo de su mente durante años, comenzaron a aflorar como abejas cuyo panal es descubierto y saqueado.

David trató de arreglarlo.

-Perdóname, Cora. Yo no quise, me he pasado tres pueblos, no me hagas caso- Dijo el actor mientras rozaba con dulzura el rostro de la actriz empapado en lágrimas, y de pronto se sintió enormemente culpable; ya era tarde.

De pronto el tiempo se para, y en las mentes de los dos aparece la imagen de una muchacha que en su pequeño y sencillo camerino se desmaquilla tras una larga y agotadora escena.

 David, además divisa a un niño que admirado por la belleza de la joven espía detrás de un biombo multicolor.

 Un hombre de unos 40 años, entra a la estancia. La joven sobresaltada se cubre con una bata, ya que el vestuario de su personaje deja entrever más de lo que ella desea. Es su jefe que se acerca,  y no parece tener muy buenas intenciones… La muchacha retrocede.

-Don… Don Ángel…-dijo Cora con un hilito de voz.- me tengo que cambiar para la próxima escena.

-¿Y? cámbiate…- contestó don Ángel con una sonrisa maliciosa en los labios.

-No, como cree, que pena- pronunció la joven.

-Ay, Cora, Cora… la vergüenza no es un sentimiento propio de una actriz.- replicó Don Ángel acercándose y quitándole la bata con la que se había cubierto.

La chiquilla desconcertada, miró a su jefe con terror y trató de arrebatarle la bata de las manos, pero él se lo impidió y comenzó a besarla, mientras la empujó contra la pared. Cora comenzó a gritar y en un momento de descuido del hombre, agarró algo de la cómoda y le golpeó con fuerza.

El niño permanecía atónito, escondido y temblando de miedo. 
Cora, que había escapado de la habitación, se encontró con su madre en el pasillo. ¿Cómo no la había oído gritar?

-¿Qué haces aquí?- preguntó su madre enfadada- vuelve adentro, tienes que prepararte para la próxima escena.

-Sí, mamá, pero adentro… adentro está don Ángel- gimió Cora- el ha intentado, ha intentado… y yo le he golpeado.

-¿Qué has hecho qué? ¿Le has golpeado a tu jefe? ¡Niña estúpida!- gritó su madre dándole una bofetada- vuelve ahí dentro ¡ya!

- Pero no puedo mamá… él quiere… el intentó…- dijo Cora llorando.

-A veces, hija, ciertos sacrificios son necesarios para conseguir lo que se quiere- dijo su madre mientras tiraba de su muñeca y abría la puerta del camerino- y… ni una lágrima ¿oíste?

Lo que ocurrió, después, en aquella habitación, se vislumbraba confuso y en penumbras en la mente de la actriz.
CONTINUARÁ

domingo, 16 de octubre de 2011

Un destino sin rostro- Capítulo 2


Capítulo 2

Señores, no sé si sea buena idea. Cora está actualmente metida en otro proyecto- Objetó Don Ángel- Sería complicado ajustar las fechas, tenemos que comenzar cuanto antes.

Bueno, solo sería cuestión de posponerlo unas semanas- Comentó Cora- ya la novela está por terminar; si adelantan mis llamados, los podría hacer todos de una y estaría libre muy pronto. Mientras tanto, pueden avanzar con la preproducción y luego ya me pongo al día.

Ajá - Asintió- el señor Stewart- Me parece buena idea. Lo importante es la calidad y con Cora ya es una garantía ¿ustedes que opinan?

Sí, podría ser una solución pero… eso sería agotador para ella. Sí, podría adelantarlos, pero ¿Estás segura Cora? – preguntó Don Ángel tratando de disuadirla- A  parte de tener que aguantar excesivas horas de llamado estas últimas semanas, luego no tendrías tiempo para reponerte física y psíquicamente de tu personaje. Ambos personajes son muy intensos. La carga emocional afecta a los actores, Cora; Necesitas tiempo y no lo tenemos.

Disculpe señor, yo ya llevo muchos años en esto; si me dejase absorber por mis personajes a estas alturas ya estaría en un psiquiátrico – Respondió Cora- Y sí, sería agotador; pero es un reto y me siento capaz.  Además, si me han hecho venir se supone que es porque de uno u otro modo confían en mí para este proyecto y no pienso defraudarles.

Don Ángel no encontró argumento alguno para rebatir la calculada intervención de Cora, así que decidió guardar silencio y aguardar la respuesta de sus socios.

¡Excelente!- aplaudió el viejo Don Joaquín- eres la protagonista y no se hable más.

Como todos parecieron estar de acuerdo, continuaron la cena tratando diversos temas de interés sobre el nuevo proyecto. Cora estaba sentada al lado de Alfredo Bustamante que no paraba de mirarla y sonreír con picardía. El empresario español, que parecía bastante interesado en ella, rondaba casi los 60 años y era un hombre corpulento, de cabellos canosos. Su rostro surcado de arrugas indicaba que tenía  demasiadas preocupaciones como para dedicar tiempo a su cuidado personal.  A Cora no le agradaba ni su aspecto,  ni su interés en ella  y menos aún la idea de que él era quien había propuesto la ideíta del hotel.

De pronto Cora sintió la mano de Don Alfredo sobre su muslo y se estremeció, sabía en qué iba a terminar todo aquello pero no le hacía mucha gracia imaginarlo. - ¡Maldita sea! esta gente se cree que tiene a Dios agarrado por las barbas por tener poder y dinero… y lo peor es que así es- pensó Cora 

Finalizada la cena,  los comensales se despidieron en el hall del hotel. Era tarde y les esperaba un día complicado, todavía quedaban muchas cuestiones importantes por decidir, así que lo mejor sería irse a descansar. Cora miró la puerta;  quería escapar de aquel lugar cuanto antes, sin embargo  algo la retenía y era precisamente el tipo de consideraciones que le serían más adecuadas tomar con el empresario español.  

La actriz se conocía muy bien a sí misma y mejor aún a los hombres como don Alfredo;  no tenía porqué pasar un mal rato al lado de ese desagradable señor de no ser estrictamente necesario. Además, ya se había solucionado todo, le habían concedido el protagónico y confiaba en que no cambiarían de opinión. Después de pensárselo por un rato decidió marcarle a su chófer, pero justo en ese momento unas frías manos detuvieron las suyas.  

- ¿Pensabas irte?- Preguntó Don Alfredo- y yo que iba a invitarte a una copa.

- Es tarde- dijo Cora, sin saber porqué una extraña sensación de miedo y culpa comenzaba a invadirla y ahora menos que nunca le apetecía pasar la noche con ese completo desconocido.

-  ¿Y qué? Quédate aquí hasta mañana, no vas a despertar a tu chófer a estas horas ¿no?- Contestó Don Alfredo con cinismo-  Sería muy desconsiderado de tu parte.

- Pero… ¡él no duerme!- dijo Cora a la desesperada provocando la risa de don Alfredo.

- Ahhhh ¿No duerme? ¿Qué es un vampiro?- bromeó el empresario mientras se acercaba a su cuello, diciéndole al oído- ¿Sabes qué? yo tampoco duermo. Creo que también soy medio vampiro.

Cora trato de retroceder y en su intento estuvo a punto de perder el equilibrio. -¿Qué demonios te pasa Cora? Ni que fuese el fin del mundo, solo es un hombre… uno más. – se recriminó a sí misma.

-Anda vámonos, acompáñame arriba ¿sí?- concluyó en un tono más autoritario, casi con aire amenazador

–A veces, hija, ciertos sacrificios son necesarios para conseguir lo que se quiere- recordó Cora con pesar, pero comprendiendo el valor y  significado de cada una de aquellas palabras, de aquel modelo de vida impuesto tan tempranamente.

Cora siguió a Don Alfredo hasta su suite y mientras se recordaba a si misma aquella frase hiriente y verdadera, viejas heridas ilocalizables se reabrían en lo más profundo de su ser. Sonrió mientras desvestía su cuerpo y ajustaba aun más la coraza de su alma; Se dejó llevar.
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¡Lucía! Cariño, despierta ¡Se te hace tarde para la prepa!- gritó su padre desde la cocina.

¡Estoy despierta papá! – Contestó ella desde su habitación- Ya mismo bajo.

La joven miró el reloj de reojo.

-¡Es tardísimo! ¡Y tengo matemáticas a primera hora!- Se lamentó Lucía. Rápidamente buscó en el armario algo que ponerse, y se vistió a toda prisa. Bajó las escaleras casi volando y agarró una botellita de agua. Su madre la observaba desde la puerta.

-Lucía… ¿No piensas desayunar? ¿Cuántas veces debo decirte que el desayuno es la comida más importante?- Le sermoneó su madre.

-Ya sé mamá, pero sabes que a esta hora no me baja nada.- se excusó Lucía mientras guardaba la botella en su mochila a toda prisa.

-Señorita, no te vas a ir de aquí sin desayunar, ¡me da igual lo que digas! - Insistió ella.

-¡No mami! No me apetece, es tarde.- le contestó Lucía dándole un beso y dándose la vuelta para salir corriendo.

-Hija, ¡no puedes seguir así! Llevas unos días…- su madre suspiró- necesitas ir con el psicólogo.

-¿Qué? Ahhhh porque no me apetece desayunar y ya me mandas al loquero… tú sí que estás mal- se burló Lucía.- Sabes que… ¡déjame en paz!

-Lucía, respétame – Le gritó su madre- no merezco que me trates así.

-Es cierto, mamá, perdóname.- Se disculpó la muchacha-  Estoy de mal humor, solo es eso. Bueno ya me voy que llego tarde.

Lucía le dio un beso a su madre y salió corriendo al coche, su padre la esperaba impaciente en su interior; inmediatamente se pusieron en marcha.

-¿Qué te pasó cariño? Hoy se te pegaron las sábanas  bella durmiente- dijo su padre sonriendo.- ¿Sabes que te ves muy linda?

-Sí, claro. Lo que hace el amor de padre, estoy horrible. Soy un cero a la izquierda- Se lamentó la joven.

-Eso no es cierto cariño, tú eres muy linda, por fuera y por dentro. –Su padre la miró a través del espejo retrovisor- Mira que ojazos color miel, esos labios… pareces una muñeca de porcelana, de veras eres muy bonita.

- Sí, sobretodo… y por eso no tengo novio– contestó ella de mala gana.

- Cariño, eres demasiado soñadora… aterriza, te crees que el príncipe azul va a llamar a la puerta - dijo su papá.- Eres demasiado tímida, tienes que dejarte conocer.

- Pero papá, ¿no me ves? Me paso el día viendo telenovelas; enamorándome de los galanes de la tele. -Susurró Lucía- ¿Por qué no puedo ser yo como Cora? Mírala, ¡es perfecta! ¡Los hombres enloquecen por ella!

- ¡Ayy no! Lucía, cariño, ya estamos otra vez con el temita de siempre. Confundes la vida con la fantasía ¿Por qué ese afán tuyo de querer parecerte a otras personas? ¿Por qué no puedes ser feliz siendo tu misma?- le dijo su padre un poco molesto- ¡Y qué manía con Cora!

-Lo ves esto me pasa por hablar de estas cosas contigo, se ve que los hombres no entienden nada. Pero peor si lo hablo con mamá. ¡Es que nadie me entiende!- Exclamó Lucía.

- ¿Y por qué no tratas tú de comprender a los demás? Nunca se te ha pasado por la cabeza que quizás tu problema eres tú misma… -le dijo su padre.

- Sí, yo tengo la culpa de todo ahora, no te fastidia- contestó Lucía malhumorada.- También de haber nacido. Mi vida no tiene sentido ¡Quiero morirme!

- Lucía ¡por Dios!  Ahora no te pongas melodramática. Todos los días el mismo numerito.- Le dijo su padre con preocupación- Estoy de acuerdo con mamá, necesitas ir al psicólogo.

- Ajá, lo sabía… Estás tan paranoico como ella. ¿Sabes qué? ¡¡No te volveré a hablar de mis problemas, ni a molestarte con “mis numeritos”!!- chilló Lucía furiosa - aunque no lo creas tengo amigas con las que puedo hablar de mis cosas… ¡¡¡NO NECESITO TUS CONSEJOS!!!

-Pues que bueno; ya estamos, bájate ya que llegas tarde- dijo su padre, resignado, mientras paraba el coche frente a las puertas del instituto. – Adiós, que tengas un buen día.

-Sí, segurito. Buenísimo- Dijo Lucía con sarcasmo antes de dar un portazo y salir corriendo.
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-¡David! ¡Buenos días! ¿O mejor te digo buenas noches? –Le saludó Don Ángel, al llegar a la casa- Qué pintas traes, hijo. Se ve que no dormiste, de pura juerga andabas si no me equivoco.

-Buen día padrino- dijo David bostezando.- Obvio, ¡la vida al máximo!

- Oyes hijo, tenemos que hablar y me temo que no te va a gustar mucho lo que tengo que decirte- dijo Don Ángel algo nervioso.- Pero antes sube y cámbiate… te espero en el despacho.

-Está bien, ya mismo bajo.-dijo David casi sonámbulo.

Don Ángel se quedo observando como David subía las escaleras con cierta dificultad, seguramente no se encontraba del todo sobrio y eso unido al cansancio le hacían perder el equilibrio y tener que agarrarse a la barandilla para no caerse.

 -Vaya por dios, tanta educación para esto - se dijo don Ángel sacudiendo la cabeza con una mezcla de enojo y resignación.

Acto seguido entró a su enorme y lujoso despacho; rodeado  de estanterías repletas de carísimas colecciones de libros forrados en piel. Al fondo de la estancia se encontraba una gran mesa de brillante madera de ébano. Don Ángel se sentía muy orgulloso de su despacho, al igual que de todo lo que había conseguido en su vida: Poder, dinero… más poder, más dinero…

- He logrado todo lo que quería verdad – afirmó Don Ángel como tratando de convencerse a si mismo mientras se sentaba ante su mesa y examinaba su despacho con detenimiento.  De pronto sus recuerdos lo asaltaron y su rostro, muy estropeado ya por el paso de los años,  se ensombreció. Tal vez por un gran vacío, tal vez por la culpa o quizá por el peso de aquellos secretos…  No, no era feliz.

Unos minutos más tarde David irrumpió en el despacho y se sentó frente a su padrino.

-Tú dirás padrino- dijo el joven aún bostezando.

-Bueno, ayer me reuní con los inversores aquellos de los que te hable.

-Ajá, para lo de ese boom-novela que me contaste, la de los faraones egipcios ¿no?- adivinó David- ya te dije que si estoy capacitado para el papel, todo en orden ¿me equivoco? Tú me prometiste que…

-Sí, todo correcto, no te preocupes. - lo calmó Don Ángel- bueno, te quería preguntar… ¿te has visto con Cora Gurmendi últimamente?

 - Pues en verdad, no. Siempre trato de evitarme situaciones desagradables y encontrarme con ella, me sería profundamente non grato. Si comprendes ¿no?- dijo David dejando claro su desagrado hacia la actriz.

- Pues me parece que vas a tener que habituarte, mijo. Compartirás con ella el protagónico. –Anunció Don Ángel.

-¿Es en serio? ¿Tú me lo haces adrede no? ¡Sabiendo la ilusión que tenía en este proyecto y me metes a trabajar con esa estúpida!- Explotó David- ¡No es justo!

-Sabía que no te gustaría la idea pero no pude hacer nada. Lo tomas o lo dejas. ¡Cora va en la novela y punto!- Don Ángel comenzó a sentirse molesto con la actitud de David- Ya no eres un niño, quieres hacer el favor de dejarte de tonterías ¿o es que le tienes miedo a la Gurmendi?

-Ja, eso te crees ¿no? Yo no le tengo miedo a nadie- dijo David con arrogancia-  y sí, claro, por supuesto que tomo la novela. Voy a ponerle un alto en el camino a esa trepadora, pienso demostrar cuan talentosa es.
 
-No se te ocurra buscarme problemas con Cora, David. Sabes que te quiero como a un hijo, pero los negocios son los negocios- le advirtió Don Ángel- No me temblará la mano a la hora de sacarte del proyecto si armas un numerito.

-No, si el numerito lo armará ella cuando quiera ponerse a mi altura.- Pronunció David muy seguro de sí mismo.

-No te ciegues David, Cora es muy talentosa y tiene mucha más experiencia que tú.  Además no sé porque le tienes tanto rencor a la pobre mujer si apenas la conoces, nunca has trabajado con ella.- dijo Don Ángel confuso.

-No me hace falta tratarla para darme cuenta de la clase de mujer que es. Una loba con piel de oveja. – Dijo David con desprecio- Se nota que tú no escuchas lo que se comenta de ella entre bastidores. Nadie la soporta en los sets, es una víbora.

-No me hace falta hijo, conozco a Cora a la perfección y no me parece que sea como tú la describes –comentó su padrino.- es una chica muy linda y atenta.

-Sí, ya me imagino de que forma la conoces- David carraspeó- además tú eres el jefe, te muestra su cara de niña buena y te la crees toda.

-Sí y tú te basas en rumores y chismes sin fundamento para calificar a una persona. Además, hijo, relájate pareces hasta ardido.- Don Ángel reflexionó un momento y sonrió- Imagino que esto no vendrá de aquella vez cuando de crío te quisiste sacar una foto con ella y te mando al diablo.

-¿Cómo? Hazme el favor… Sí, le pedí una foto cuando tenía qué, ¿14 años? Pero ya la odiaba justo por eso fue, porque me apostaron mis amigos que no me atrevería… y pues ni modo, no iba a perder la apuesta- se justificó David- Yo nunca pierdo.

-Sabes bien que no fue así, ¿quieres que te recuerde de quien era el póster que pegaste en la pared?- Le preguntó su padrino en tono burlón-  Sí, ese póster con el que te cargaste la pared y  mamá te echó la bronca de tu vida. Por favor, pegar un póster con pegamento, a quién se le ocurre. ¿Si recuerdas no? ¿Otra apuesta?

-¿Qué estas insinuando? -preguntó David indignado- yo no admiro ni he admirado nunca a nadie, por encima de mí Dios.

-Te lo tienes demasiado creído. –Se burlo Don Ángel- No te hinches tanto porque cuando caigas la caída será estrepitosa.

-Ya veremos quién cae aquí.- Rió David.
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Ya eran las 10 de la mañana cuando Cora llegó por fin a su casa. Estaba agotada y se sentía pésimo; el dolor de estómago y las arcadas no la abandonaban desde la noche anterior.

-Necesito un baño- se dijo- luego a la cama… y espero no despertar.- Se dirigía ya a las escaleras cuando una voz muy familiar la interrumpió.

-Cora, Cora, Cora… ¿No te alegra verme?- pronunció.

-¡Mamá!- Exclamó Cora sintiendo un leve escalofrío- No te esperaba.

-Obvio, no. Qué sacrificadas somos a veces las madres- dijo Doña Irene a la vez que sostenía una pequeña agenda entre sus manos.- Imagino que estos últimos meses sin mí, te habrá ido de la patada, con tu falta de voluntad y tus sentimentalismos a cada rato.

Cora miro desafiante a su madre y abrió la boca, pero una gélida mirada de doña Irene la paralizó y no se atrevió a pronunciar palabra.

Doña Irene comenzó a andar a su alrededor y  a escrutarla con la mirada.

-¿Con quién? ¿Y por qué?- le interrogó.

-¿Cómo?- dijo la actriz algo desconcertada.

-Anda Cora, no te hagas la tonta, me haces perder la paciencia escuincla- se alteró doña Irene- con tal de que no me salgas que estás enamorada…

-No, mamá. Ya sé por dónde vas- le aclaró Cora- vengo del hotel Emperador, ayer tuve una junta con unos inversionistas y me quedé a dormir allí.

-Ajá. ¿Y qué tal la reunión? ¿Si conseguiste lo que querías no?- le preguntó su madre- de algo te habrá servido todo lo que te enseñé ¿no? Vamos digo yo, tan inútil no eres.

-¡Mamá! Basta por lo que más quieras- Cora perdió la paciencia- Me fue muy bien, fantástico, excelente. ¿Qué más quieres? Me siento mal. Tengo sueño, ¡no quiero hablar!

-¿Lo ves? estás peor de lo que yo imaginaba. ¿Hasta te atreves a levantarme la voz? ¡Ingrata!- le recriminó su madre.

-Me voy a dormir- dijo Cora, mientras subía las escaleras impetuosamente. Al llegar arriba contempló  horrorizada el equipaje de su madre; parecía que esta vez había llegado para quedarse.

Su madre la había seguido hasta arriba.- Sí, cariño.- sonrió Doña Irene al percatarse de la reacción de su hija-  He decidido que me necesitas a tu lado.

-Me encuentro mal, después hablamos.- Dijo Cora tratando de encerrarse en el baño.

-Pero no olvides que en 15 minutos te toca gimnasia.-le advirtió su madre mirando en la agenda a la vez que sostenía la puerta.

-No. ¿Cómo así? Esta mañana la tengo libre.- protestó Cora logrando al fin cerrar la puerta.

-¡Ya no! – exclamó Doña Irene desde el otro lado.
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Un mes más tarde.

<<¡¡¡Amiga!!!  ¡Queda tan poquito ya! ¡Muero por conocerlas! Y obvio a David>>. Escribió Miranda a uno de sus contactos de Messenger.

<<Sí linda, 2 semanitas nada más. Te estaremos esperando en el aeropuerto. ¡Q emoción!>>. Le contestó su amiga Vero desde México. << ¿¿Y cómo la llevas con tu mamá?? ¿Está más tranquila?>>

<<No, ni me la nombres ahorita. Está que se sube x las paredes>> Le informó Miranda. <<Por cierto, con esto del viaje no he estado muy pendiente ¿cómo va la novela?>>

<<Pues muy bien, ya está casi todo listo. Confirmaron a Cora Gurmendi y a Óscar Manzano. Ya muero por ver a David como Egipcio, ¡OMG que rico! ¡¡Lo voy a enjabonar todito, todito con el jaboncito rosa!! Frota, frotaa…>>

<< ¡Y enamora! Jajaja Oyes, Vero,  ¿¿pero no que David se llevaba de la patada con Cora?? Uf ¡esto se pondrá fuerte!>>

<<Ayyy la verdad ni idea, tú sabes los chismes, pero que emoción… ¡¡El rodaje comienza en una semana!! Hasta  q por fin la Gurmendi se desocupó de la otra novela. La espera se había hecho insoportable>>

-¡Miranda! ¡Quieres hacer el favor de bajar! ¡Ya tu comida está fría!- gritó su madre enfadada- ¡Te he llamado mil veces!

-¡Ya voy!- reaccionó Miranda.

<<Bueno mi Vero, me tengo que ir ya. Besitos >> tecleó.
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-Alexia, ¿qué demonios te ocurre?- Exclamó Mauricio aturdido- ¡Estás loca!

-¿Ah sí? ¿Loca yo? Eres un estúpido si te crees que puedes engañarme.- gritó Alexia llena de ira.- ¿Quién era esa mujer?

-¿Qué mujer? No entiendo, ¿vas a seguir igual?- preguntó el hombre preocupado, mientras se le acercaba para acariciarle el rostro.- ¿Te cuesta tanto comprender que te amo?

-Tú sabes que eso no es verdad, Mauricio.-Dijo su Alexia rompiendo a llorar.- Ya no te gusto, lo sé. Me he vuelto una de esas esposas que los políticos utilizan para aparentar ser hombres rectos y de confianza, mientras se deshacen en brazos de sus amantes.

- Cariño, ¿Por qué piensas así? Lo deje todo por ti, diez años atrás ¿recuerdas? Si en verdad fuera como tú dices… ¿para qué divorciarme y convertirte en mi esposa cuando podría haberte hecho mi amante?

- Porque sabías que yo no hubiera aceptado y estabas muy encaprichado por esa época; pero ya todo eso acabo. –Dijo su esposa llorosa- ahora el hastío, la rutina… ¡confiésalo te estás aburriendo de mí! Pero no es justo, porque yo te amo como el primer día.

-Yo también te amo Alexia, ven acá- le susurró Mauricio con cariño mientras la rodeaba entre sus brazos- Ya está, ya está…- la calmó mientras secaba sus lágrimas y la besaba con ternura.

-Perdóname Mau, no sé qué gano con estos numeritos; es que temo perderte.-le dijo su mujer.

-Nunca mi amor, aquí estoy. Te amo.- le dijo Mauricio mientras le desabrochaba la blusa.
Alexia se resistió.

-¿Qué te pasa ahora?- preguntó su marido desconcertado.

-Ahora no. Hablemos de tu hija.- dijo Alexia tajante.

-¿Miranda? ¿Qué pasa con ella?- se extrañó el hombre.

-Pues qué va a ser, que viene en dos semanas ¿me equivoco?- respondió su esposa.

-Sí ¿y? ¿Qué pasa? - dijo Mauricio.- Ya lo habíamos hablado.

-Ajá. Con tal de que no interfiera entre nosotros, todo bien. Pero no estoy para aguantarle las estupideces a una escuincla. – Contestó ella.

- Anda, Alexia… Miranda ya no es ninguna niña. – Apuntó Mauricio. – No habrá ningún problema.
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-¡Buenas Cora! No te esperábamos hoy por aquí…-Dijo Ricardo, el joven director de casting- las pruebas de imagen son el jueves y el rodaje no comienza hasta el lunes, aun estamos en audiciones.

-Ya se Ricky- contestó Cora sin hacerle mucho caso- No tenía nada mejor que hacer. Ahora si me permites, me voy a ver mi palacio. Foro cuatro ¿no?

-Ese mero mi reina- contesto él- pero te consejo entrar por atrás porque ¿qué crees? El pasillo D-1 está plagado de gente por los castings, que por cierto este año vienen con alguna que otra sorpresa bien interesante…

-Ajá, Bye cari- se despidió Cora.

La actriz descendió por unas angostas escaleras para tomar el pasillo secundario que desembocaba en la puerta trasera de la gran nave. No le apetecía para nada  encontrarse con nadie.

-Vaya, vaya. Así que esto va en serio- dijo la actriz obnubilada al cruzar la puerta y divisar los exquisitos decorados- Muy bien, esto está muy bien.

Cora recorrió una a uno todos los interiores, asombrándose por la inmensidad de aquel lugar y por el gran número de estancias de cartón y pladur dispuestas formando una especie de laberinto. Los raíles de las cámaras y los focos colgaban ya del altísimo techo. Cada detalle, perfectamente cuidado, relucía en tonos dorados. El oro, el lujo de cartón lo cubría todo.

-La magia de nuestro mundo- se dijo Cora sacando de su bolso un mapa del set que le habían facilitado en recepción. Con su ayuda buscó los aposentos de la reina y una vez llegó, no pudo resistir la tentación de recostarse sobre la lujosa cama, cubierta en sedas, que presidia el dormitorio. 

Allí escondida, tras las hermosas cortinas semitransparentes bordadas en oro, decidió que era el momento adecuado para encontrarse con su personaje. Sacó de su bolso unos papeles y  cuando encontró el que buscaba comenzó a leer en voz baja:

<<La IV dinastía. Protagonizada por Cora Gurmendi, David Belmonte y Óscar Manzano. Sinopsis: Egipto. Año 2525 a.C. Meresanj, una bella princesa egipcia es obligada a contraer matrimonio con su tío el faraón Kefrén, mucho mayor que ella. El faraón es un hombre posesivo y extremadamente celoso y se obsesiona de tal forma con su sobrina que después de convertirla en su esposa la encierra en palacio y le prohíbe el contacto con cualquier varón. La reina ve pasar los meses y los años recluida en sus aposentos, rodeada de sus damas y de las concubinas reales que corren con la misma suerte que ella. Un día, ya sintiéndose enfermo y cansado, decide ordenar construir una pirámide donde reposarían sus restos, garantizando así su inmortalidad. Para esta tarea, manda llamar al famoso arquitecto Imhotep, descendiente del que en su día construyera el palacio real. Así el joven se traslada a palacio y en un descuido del faraón, conoce a la reina quedando inmediatamente prendado de su belleza. A partir de ese momento Imhotep ideara todo tipo de artimañas para poder visitar a Meresanj a espaldas del rey. La aburrida soberana será presa fácil de la pasión del arquitecto y en poco tiempo el amor se abrirá paso. Una egoísta y macabra decisión del monarca, convertirá de pronto la vida de Meresanj en una angustiosa pesadilla, Imhotep no abandonará a su amada en la lucha por escapar de aquel cruel destino, aunque en ello le vaya la vida. >>

-Interesante- se dijo Cora.

La actriz permaneció allí por un buen rato hasta que el ruido de la puerta la sobresaltó.

-¿Y ya hablaste con la embajada? ¿Para cuando empezamos allá?- Preguntó David.

- Sí, pues como para dentro de dos meses. Estaremos allá en el Cairo, calculo unas tres semanas, rodando los exteriores más importantes. Ya los demás en Sonora, la réplica de la pirámide está quedando bastante bien, la verdad. –Contestó Don Ángel.

- Sí, yo también estoy gratamente sorprendido. ¿Por cierto que onda con  lo de los fans?- preguntó David.- me enteré que hoy era el casting, que gran idea de Ricky ¿no?

- David, no te hagas, que esa idea es tuya. Ricardo te sigue el juego porque esta tan loco como tú.- dijo su padrino.- Pero bien, no me quejo, es una buena estrategia para subir el rating. Lástima que solo lo hagas para molestarla.

-¿Para molestar a quién? ¿A Cora? ¿De dónde sacas eso?- Ironizó David- Con lo que ella quiere a sus fans ¡y con lo que yo la quiero a ella!

Cora que se había quedado escuchando la conversación desde la estancia contigua, decidió acercarse.

-¿Así qué me quieres mucho?- intervino la actriz con una fingida sonrisa- ¡Ay qué lindo! Yo también te adoro mon amour.  
                                                                   
CONTINUARÁ...

miércoles, 12 de octubre de 2011

banners, info, etc.

Quería darles las gracias a todas por sus comentarios =) y por aguantarme con mis preguntas existenciales acerca de como continuar jajaja Paz, eso sobretodo va por tí, gracias por toda tu ayuda!!

Les dejo dos imagenes de los protas caracterizados como Egipcios =)

                   CORA GURMENDI- Meresanj III        DAVID BELMONTE- Imhotep



Y aquí los hermosos banners de mi amiga y publicista Marta Pérez =) muchas gracias lindaa!!








Por cierto ya saben que los fans van en la novela si alguien más quiere aparecer me dice =) como son muchas no puedo desarrollar mucho los personajes, pero ahi estais siempre presentes. LQM!!

Lydia: Schepsetkau
Marta: Jamerernebty
Nadeska: Jentetenka
Jessi: Iris
Vale: Nebettaui
Maria Luisa:Nofret
Fernanda: Tanedyemy

lunes, 10 de octubre de 2011

Un destino sin rostro- Capítulo 1


Un destino sin rostro

Capitulo 1

Había hecho una tarde especialmente calurosa, de esas que te derrotan y te quitan los ánimos de todo;  una de esas tardes en las que no puedes hacer más nada que tirarte en un sofá, mientras escuchas el tic-tac del reloj. El pasar del tiempo. Un tiempo que nunca más podrás regresar y que ni si quiera sabes si algún día querrás hacerlo.

Eran las ocho de la tarde y Cora observaba desde su ventana la magnífica puesta de sol, a la vez que tomaba un relajante baño. Tenía la mirada perdida y el rostro inexpresivo; su belleza parecía provenir de la perfección inerte de la porcelana. Si algo pasaba por el interior de su cabeza, seguramente lo haría al ritmo de una de las más conocidas sinfonías de Beethoven la cual inundaba la estancia. Mientras, el cielo se teñía de hermosos colores: dorado, rosa, naranja, rojo tal vez.  Nada de esto parecía despertar un ápice de interés en Cora, a esas alturas de su vida ya pocas cosas llamaban su atención. Simplemente, se limitaba a posar su cansada mirada sobre las esponjosas nubes teñidas de rosa, y  a tratar de recordar el sabor de los algodones de azúcar que quizás, alguna vez, habría devorado.

Desde allí, tenía una perspectiva única de la ciudad; Su mansión, estilo colonial, se alzaba en uno de los barrios dormitorio más lujosos del país, el cual se hallaba situado sobre una meseta lo que permitía gozar de maravillosas vistas urbanas  lejos del ruido y la contaminación propia de las grandes ciudades.  
Cora aguardaba, sabía muy bien que los alegres colores que surcaban el cielo tornarían en poco tiempo a tonos lilas, añiles,  y la oscuridad terminaría por inundarlo todo. Pero también esperaba que  la Luna y las estrellas aparecieran,  como cada noche,  brindando su luz a los hombres, no dejando que perdieran la esperanza, prometiéndoles que el sol regresaría a la mañana siguiente.

Las burbujas y las esencias, comenzaban a surtir efecto y Cora se iba sumiendo lentamente en un ligero y relajante sopor. De pronto, el chirriante sonido del teléfono la arrancó bruscamente de su mundo de sueños y pompas de jabón. La bella mujer abrió los ojos sobresaltada y torció el gesto con disgusto. Pasaban los segundos y el teléfono seguía sonando sin cesar.

-¿Es que nadie en esta casa puede contestar la llamada? ¡Serán  inútiles! –Se dijo Cora, a la vez que se sumergía en el agua tibia.

El baño era un momento sagrado para Cora, un momento para ella y sus pensamientos. Un pequeño oasis en su vida, al que acudía su alma sedienta y su agotado cuerpo. Sus pensamientos e ilusiones eran tan etéreos como las pompas de jabón. En realidad ella no quería reflexionar, ni pensar, ni recordar… solo quería sentir; sentir la música, las esencias, el agua tibia, la luz; sentirse a sí misma.  Estaba viva y solo en esos pequeños momentos tenía la oportunidad de recordarlo; pues al tiempo que secaba y vestía su cuerpo, ponía también una coraza a su Alma, con el fin de no sufrir jamás.

Sin embargo,  aquella tarde la magia estaba siendo interrumpida. Poco después de que el teléfono dejara de sonar, una criada llamó a la puerta.

-Adelante –dijo Cora de mala gana- ¿Qué ocurre?

-Disculpe señora –respondió la criada con un hilito de voz- Es que le llaman por teléfono.

Cora le dirigió una mirada de odio que la hizo estremecerse.

-¿A caso no ves que no puedo atender esa llamada? Que me llamen más tarde.

-Es que… es que es el señor don Ángel Salazar- Susurró la empleada, nerviosa- Insiste en que le urge hablar con usted, señora. ¿Qué le digo?

Cora hizo un gesto de resignación, resopló y se sumergió de nuevo en el agua, furiosa. Permaneció hundida varios segundos y un poco más calmada extendió el brazo fuera del agua para alcanzar el aparato.

La sirvienta se retiró de inmediato, aliviada.

-¿Diga? ¿Quién habla?- dijo Cora fingiendo no conocer a su interlocutor de antemano.

-Buenas tardes Cora, soy yo. –Pronunció una voz grave al otro lado del teléfono.

-Vaya, Don Ángel… ¡Qué grata sorpresa! No esperaba su llamada- contestó ella con fingido entusiasmo- ¿En qué puedo servirle?

-Pues… bonita, lamento molestarte a estas horas, pero me urge que te aparezcas en la televisora de inmediato- dijo Don Ángel con firmeza.

-No, de ningún modo- se escuchó otra voz tras el teléfono- celebraremos la junta en el hotel Emperador, mientras disfrutamos una agradable cena.

-Ajá –respondió Cora sabedora de que la persona que se encontraba junto a su jefe era lo suficientemente importante como para imponérsele- ¿y qué junta es esa si se puede saber? No se me ha informado de nada.

-Ya te enterarás cuando vengas, Cora. No me hagas perder la paciencia ¿Quieres? Lo que cuenta es que te quiero aquí a la voz de ya. Mis socios están ansiosos por conocerte, si entiendes ¿verdad?

-Pero por supuesto -dijo Cora con una mueca- Nada más déjeme tiempo para arreglarme.
-Anóteme su dirección y dígale que mi chófer pasará a recogerla en treinta minutos -volvió a intervenir la voz desconocida.

-Cora ¿escuchaste? –Dijo Don Ángel- Por el amor de Dios, no nos hagas esperar.
-Ajá- asintió ella con un brillo de odio en la mirada- nos vemos al rato.
Cora colgó el teléfono y lo arrojó al piso con todas sus fuerzas, sin importarle lo más mínimo romperlo. Luego, se sumergió de nuevo en el agua conteniendo sus deseos de gritar. Cuando salió del baño, su rostro volvía a ser completamente inexpresivo.

Era casi las nueve de la noche y una multitud eufórica se agolpaba por fuera del recinto, donde tendría lugar los premios música latina 2011. Comenzaban a llegar las primeras estrellas invitadas: modelos, futbolistas, actores y cantantes iban desfilando por la alfombra verde. Algunos se acercaban a la multitud para saludar y firmar autógrafos, luego posaban frente al photocall y respondían a las preguntas de la prensa; finalmente desaparecían tras aquella puerta; el umbral a ese mundo mágico con el que mucha gente sueña y pocos logran acceder.

Una nueva limusina negra se detuvo ante la alfombra; la gente trataba de averiguar, como de costumbre, que celebridad iría esta vez en su interior, oculta tras unos cristales tintados. Finalmente la puerta se abrió y del auto descendió un hombre joven elegantemente ataviado. A pesar de llevar lentes negras, fue reconocido de inmediato por su público que comenzó a corear su nombre con creciente entusiasmo.  
-¡David! ¡David! ¡¡ David!! ¡¡ Aquí!!- gritaban algunas de sus fans tras la valla.
El joven sonrió y emprendió su paseo por la alfombra ignorando las llamadas de sus seguidores; se detuvo frente al photocall y posó durante unos minutos ante las cámaras. Al poco tiempo aparecieron algunos periodistas.

-¡David Belmonte! ¡Qué gusto encontrarte por aquí! ¿Ya tienes tus favoritos? ¿Quiénes crees que quedaran este año primeros en las listas?- Interrogó una joven periodista.
-Gracias, para mí también es un gusto; y obvio sí tengo mis favoritos pero me los reservo- contestó él.
-¿Algún proyecto nuevo para este año, David?- preguntó un periodista un poco más veterano.
-Sí, claro. Este año llegamos con una telenovela padrísima. Está muy bien construida y tiene una base histórica sólida, eso es muy importante, ya que buscamos salir de la simpleza del melodrama tradicional. Queremos algo que aporte contenido, cultura, distintas formas de concebir la vida… - David sonrió con suficiencia- Pero no puedo decir mucho aún, apenas empezamos con la preproducción, queda mucho por decidir. A ver con qué los sorprendemos…
-¿Y qué tal en el terreno personal?- interrumpió otra periodista- ¿Es cierto lo que publicaron en la revista “El jabón rosa”? Hemos leído que has terminado tu relación con la cantante Crystal Figueroa…
-Discúlpenme, pero debo retirarme- dijo el joven con impaciencia.
-Pero espere un momento, ¿cómo fue que decidieron poner fin al romance? ¿es cierto que su pareja lo engaño con otro?
David sacó su Black Berry del bolsillo y fingió marcar un número de teléfono. Luego, se acercó el aparato al oído y reemprendió su paseo por la alfombra prestando muy poca atención a la prensa y a los fans. Al encontrarse frente a la puerta hizo un gesto con la mano, sin volverse, en señal de despedida y se adentró en el recinto.  
Todo era tan distinto una vez cruzada la puerta. David sonrió aliviado, ese era su mundo. La recepción del edificio se encontraba alumbrada por elegantes lámparas de cristal que colgaban de un techo altísimo. Los suelos de mármol blanco perfectamente pulido reflejaban su figura. El joven se contempló por unos segundos, se ajustó la corbata y sonrió satisfecho. Luego se dirigió hacia las enormes e imponentes escalinatas por las que se accedía al segundo piso donde tendría lugar el cóctel; todavía faltaban una hora para el acto.

David hizo su aparición en el gran salón; se detuvo un momento en la entrada para contemplar la sublime reunión. Sonaban cómo no, los mayores hits de la música latina; La mayoría de las féminas lucían largos vestidos de alta costura: Chanel, Valentino, Versace…  y complementaban su look con joyas igual de ostentosas. Otras de las celebrities habían optado por una imagen menos tradicional y llevaban atuendos más modernos y escotados, también de famosos diseñadores franceses e italianos. Casi todos los hombres iban de traje y chaqueta y vestían finísimas camisas de seda en tonos pasteles; las coloridas y elegantes corbatas daban el toque final a su apariencia. El glamur y el estilo inundaban la estancia.  Las damas conversaban sobre diseñadores y moda, a la vez que trataban de impresionar a sus compañeras de tertulia con sus carísimos modelitos. El fútbol, la política y la economía eran temas más comunes entre los caballeros. David se embriagó del aroma a jazmín y a lavanda que desprendía el lugar, comenzó a sentir la música y se adentró en la sala. Al momento un camarero se le acercó y le ofreció un atractivo cóctel color turquesa, adornado con diversas filigranas y rodajas de fruta. David tomo la bebida y la probo; era un sabor nuevo pero estaba verdaderamente deliciosa, seguramente habría sido diseñada por un famoso barman para el evento. Cada detalle parecía cuidado al milímetro, sin lugar a duda esta vez se habían lucido, era la fiesta del año. 
-¡David! Dichosos los ojos, ¿dónde te metes amigo?- Dijo Ricardo acercándose-  Te he marcado tropecientas veces al celular, ¡ya hace como dos meses que no sé nada de ti!
-¡Buenas noches Ricky! ¿Cómo vas? Sí, perdona… he estado muy ocupado, ya sabes- Se justificó David.
-Bueno, bueno… da igual ¡Ahora vamos a divertirnos!- Concluyó Ricardo mientras comenzaba a menearse al ritmo de la música- ¿A qué no sabes quien anda por aquí? Me da que no te hará mucha gracia…
- Pues con tal que no sea la actrisucha esa venida a más de la Cora Gurmendi- David hizo una mueca de desagrado- esa mujer me cae como una patada en el hígado.
-Pero mi wey, ¿Que te ha hecho esa pobre para que la tengas entre ceja y ceja? Si ni siquiera la conoces, ¡nunca has trabajado con ella! A mí me parece tan linda…–Bromeó Ricardo.
- ¿Esa? ¡Esa es una trepa! No hace más nada que acostarse con rucos millonarios para ir ascendiendo, ¡qué poca! -David frunció el ceño y comenzó a mirar a su alrededor buscándola- no, ella no está- le interrumpió su amigo con sorna- Hablaba de otra mujer…
- Pues gracias a Dios porque no me apetecía nada encontrármela - dijo David aliviado- ¿De quién se trata entonces?
-Pues de tu noviecita despechada ¿quién más?- Rió Ricardo- y te he de decir que no vas a lograr nada con ella, trae los nervios de punta… Ya me mando decir que te vayas por un tubo.
-¿Christal? ¿En serio? ¿Y esta de malas mi fierecilla? ¡Esto ahora se pone bueno! Sin duda esa vieja me va a sacar canas verdes- Suspiró David- Pero está tan rebuena la condenada… así que nada, me toca hacerme el rogón un ratito.
-No ¿De veras vas a rogarle ahora a Christal? ¿Después de lo que le hiciste? Eres un sin vergüenza… - Se mofó Ricardo señalando hacia donde se encontraba la chica- Eso quiero verlo yo, te va a mandar al infierno; pero te acompaño. Además mira su amiguita… ¡Oh my god!

-¡Mamá, mamá! -Dijo Miranda entrando en el dormitorio y despertando a su madre- ¡Aquí tienes ya a toda una licenciada en psicología! ¿Cómo la ves?
-¿En serio mi amor?- su madre se levantó todavía bostezando pero muy emocionada.
-¡Sí, sí, sí! Mira que costó, ¡pero ya está! ¡Terminé!- Gritó la chica rebosante de felicidad mientras agitaba un sobre entre las manos- ¡Acá está! ¡Mi título!
-¡Felicidades cariño!- la abrazó su madre casi llorando- mi niña se ha convertido en toda una mujer, ya con su carrera… ¡El tiempo pasó volando! ¿Cómo has crecido tan rápido hijita?
-¡Mamá! ¡No! Prohibido ponerse sentimental ¿eh?- le dijo Miranda- Además… ¡ahora toca celebrar! Le recuerdo señora que usted me prometió una cena de madre e hija en ese restaurante que tú sabes.
-¿Una cena? ¿Ahora? ¿Tú estás loca no? Esto… -su madre miró el reloj y seguidamente a Miranda de forma inquisitiva- espérese un momento señorita… ¿Qué horas son estas de llegar a casa? ¡Son  casi las tres de la madrugada! ¡Te debieron de dar ese sobre desde hace al menos ocho horas! ¿Dónde demonios has estado y con quién? Ni me habías dado la noticia hasta ahora ¿No te da vergüenza?
-Pero mamá…-Gruñó Miranda- ¡Ya tengo 24 años! He estado celebrando con mis amigos de la facultad.
-Ajá, bueno te lo paso por hoy porque estoy muy contenta, déjame ver- Sonrió su mamá extendiendo la mano para alcanzar el sobre- Por cierto, ¿Cuándo es el ceremonial ese de la graduación? Habrá que llamar a tu padre… pero sinceramente de eso encárgate tú. No quiero volver a escuchar la voz de ese hombre; es… es un desgraciado.
-¡Mamá! Por favor.- Protestó Miranda- Es mi papá.

-Tu papá… ¡Válgame Dios! ¡Semejante figura nos resultó el honorable señor Mauricio Ramírez! –Se burló su madre- Menos mal que se quedó por allá por México perdido. El océano Atlántico es un milagro que nos protege de esa gente… Aissshhh y esa fulana que se buscó…  pero que bajo cayó, que bajo.
-“Alexia”… Me muero por conocer a esa mujerzuela rompe hogares, ha de tener una cara de piruja de no poder con ella… -Dijo la muchacha con rencor.
-¿Rompe  Hogares? No nena… Yo de cornuda… poquito mija, había decidido dejar a tu padre antes de que se apareciera esa lagarta en su camino. Tu padre se había vuelto un completo pelele sin voluntad y sin ningún tipo de atractivo.- la mujer torció el gesto a medida que los recuerdos pasaban por su mente- ¡qué asco de hombre!
-¡Jo! mami no te pases… sigue siendo mi papá, el único que tengo ¿entiendes?- Refunfuñó Miranda un poco molesta- No me gusta oírte hablar así de él, aunque sé que no es un Santo… soy su hija y lo quiero.
-Seguro que mucho más que a mí ¿no? Hija ingrata- Su madre comenzó a ponerse tensa- Si es que Dios los cría y el demonio los junta… dime, dime cuando lo viste a él al lado de tu cama cuando estabas enferma. Dime cuando te leyó un cuento por la noche o cuando te corrigió las tareas del colegio. Lo único que sabe hacer tu padre es malcriarte consintiéndote tus caros caprichitos y eso porque le sobra dinero, que si no… siempre ha sido un egoísta. Ahora parece que te compra con esos estúpidos regalos y por eso tú… y encima quieres irte para allá, pero ni creas que…
-¡Mamá! ¡Cállate por favor! – Miranda suspiró- Hoy no es día para hablar de eso, siempre que tocamos el temita de México te crispas. Y sí, mi última palabra es sí. Me voy para allá, estaré con él  por un tiempo.
-¿Tú qué? ¿Tú última palabra? Pero ¿Tú te crees que decides sola señorita? Todavía aquí la que manda soy yo, no lo olvides.- Dijo su madre alterada.
-Mira mamá, no quiero pelear, pero vamos a dejar las cosas claras. Tengo 24 años, hace mucho que soy mayor de edad. Siempre me has dicho que tendría que hacer lo que tú decías mientras viviera bajo tu mismo techo y no fuera independiente. Pues resulta que ahora ya acabé mi carrera y quiero irme para México. No viviré bajo tu techo; yo decido ahora ¿entiendes? Allá mi papá me consiguió un contacto para comenzar a trabajar ya mismo. –Explicó Miranda en actitud decidida- ¿Por qué no quieres comprender que eso va a ser lo mejor para mí? Ya no soy una niña.
-Ya sé que no eres una niña, pero no quiero que te vayas.- Le contesto su madre enojada- Además ¿a quién te crees que vas a engañar? Tú no te quieres ir por ese trabajito de medio pelo, ni siquiera por tu padre… Tú solo estas pensando en esa ridícula obsesión por ese actorsucho. Eres una ingenua, inmadura y caprichosa.
-¡David no es ningún actorsucho! ¿Oíste?- gritó Miranda furiosa- y lo que siento por él no es ninguna obsesión, se llama amor.
-¿Amor? Hazme el reverendo favor- Río su madre- Amor… por alguien que ni conoces. ¿Sabes lo que te pasa a ti? Qué eres más rara que un perro verde mija. Cinco años en la facultad y ni un solo ligue, esperando siempre a tu adoradísimo David. No sé si reírme o llorar; eres demasiado. ¿Sabes cuándo se te va a quitar la tontería? Cuando llegues a casa de tu “papá” y te encuentres a esa piruja. No sabes… según lo que he oído es todo un personajillo. Esa sí, esa sí que te va a dejar derechita como una vela. Al final hasta tendré que agradecerle si hace que te espabiles ¡por dios!
-¿Sabes qué mamá? Vamos a dejar el tema. ¡Hasta mañana! Y gracias por arruinarme la alegría, pues como siempre… - Miranda dio un portazo y se encerró en su cuarto muy enfadada.
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-¡Amor mío! ¡Qué sorpresa!- exclamó David acercándose a Christal deliberadamente - ¿no te alegra verme?
-¿Me permiten un momento?- Se disculpó la muchacha antes de alejarse de sus tertulianos para cruzar unas palabras con el actor.
Como la cantante trataba de guardar las apariencias, David aprovechó la oportunidad para tomarla del brazo como si nada y acompañarla hacia la terraza; tal y como harían una pareja de enamorados. Christal trató de zafarse pero desistió al darse cuenta de que evitar un escándalo era lo primordial.
- ¿Qué demonios haces tú aquí? ¡Suéltame imbécil!- bufó Crystal, furiosa, al momento de asegurarse que nadie los observaba. – ¡Eres un sinvergüenza! ¿Sabes qué?… ¡vete al diablo!
- Desde luego qué geniecito tiene hoy la señorita- se burló David- y yo que venía a hacerte unos cariñitos.
- ¡Eres un animal! Escúchame muy bien, ¡No quiero volver a verte en mi vida!- gritó la cantante roja de ira.
- No hay nada que me diera más gusto que complacerte, pero ¡uy! ¿Qué crees? Mi preciosa “face” está en todas las revistas y vallas publicitarias del país… y hasta del extranjero, nena- rió David con sorna.
 - Eres tan, eres tan… -Las palabras se enredaban en los labios de Christal.
- ¿Encantador? Ya lo sé mi amorcito, todo el mundo me lo dice- dijo David, enervando aún más a la joven-  sería gracioso que tu también te volvieras una más de mis fans.
- ¿Yo? ¿Tu fan? - rió Christal- pobres tus fans, deberían conocerte. ¡Eres patético! Tanto tiempo invertido en una basura como tú.
- ¡Uy cariño! Te noto tensa… no será por…- David con su tono burlón- ¡Estás ardida! ¿En serio sigues con lo mismo? Pero si solo fue…
- ¿Sólo fue qué? David, eres un idiota inmaduro. – Profirió Christal furibunda-  ¡Se acabó! ¡Déjame en paz! No sé si quiera como te atreviste a buscarme después de aquello.
- A ver nena, vamos a hablar con seriedad. –Dijo David con voz suave y solemne- Yo no tengo  la culpa de que a Isabela le haya gustado tanto lo que le di que haya vuelto a por más.
- Pero ¿tú te estás oyendo?- Preguntó Christal horrorizada- Das asco, lástima… no eres ni un proyecto de hombre ¡y encima egocéntrico, presumido y estúpido! No entiendo que pude ver en ti, de veras no lo entiendo… ¿Te doy un consejo? ¡Muérete desgraciado!
- Neta, gracias por tu consejo mi amor, me hace chillar de la emoción.- Se burló el engreído actor- Esto… por cierto… ¿por un indio? ¿Por un indio, Christal? ¿No se te ocurrió nada mejor? -  Me has hecho quedar muy mal cariñito, pero te perdono; si es que los cuernos no te favorecen, ¡yo en cambio hasta cornudo me veo increíble!
-Adiós señor Belmonte- dijo Christal resignada,  ipsofacto se dio media vuelta y fue a reunirse de nuevo con sus amigas.
-Pues ni modo. Ella se lo pierde.- Se dijo David mientras contemplaba, orgulloso, su reflejo en la ventana- Recurramos entonces al plan B.
El joven sacó su Black Berry y buscó un número de teléfono en su agenda.
-¡Martina! Querida ¿cómo estás? ¿Haces algo esta noche? 

Habían pasado casi dos horas desde la llamada de Don Ángel cuando al fin el coche se detuvo  ante la puerta principal del lujoso hotel; seguidamente el chófer bajó del coche y con delicadeza abrió la puerta trasera para que Cora pudiera salir.
-Que pase una buena noche señora- Se despidió el chófer cortésmente.
Cora titubeo un segundo al encontrarse frente a la enorme puerta giratoria del edificio ¡cómo odiaba esos trastos!, sentía que en cualquier momento podía quedar atrapada ahí dentro, como en una vidriera de cristal.  Muy a su pesar, esa pesadilla era en realidad parte de su vida; se sentía expuesta, encerrada en un escaparate. Admirada por todos, sí; deseada por todos, pero encerrada; igual que un maniquí que no es propietario de sus prendas ni tan siquiera de sí mismo, Cora sentía no tener el dominio de su propia vida y eso le angustiaba; tenía la sensación de encontrarse en medio de una vorágine que la sacudía y la arrastraba hacia ningún sitio. Reprimió con dureza sus pensamientos ¿qué le pasaba? esta no era ella. ¿Preguntas existenciales? ¿Cora Gurmendi? ¿Deprimida? ¿Angustiada? Ridículo. Ella, la de la sonrisa perenne, la del corazón de acero acorazado ¿sentirse qué? Ella no sentía, no podía, nunca lo había hecho. Eso era para la gente débil, la que no triunfa, aquella que pasa horas llorando detrás de un televisor ¡la gente del montón! Ella no era del montón, su rostro no era como uno de esos rostros que te cruzas muchas veces en la vida, sin percatarte siquiera de haberlos visto. Su rostro era único, especial, admirado, conocido ¡Inmortal! ; No era una más, era Cora Gurmendi. Con esta reafirmación, este soplo de seguridad, se sintió fuerte y radiante y finalmente atravesó la puerta.
-Buenas noches señores- dijo Cora con voz dulce mientras se meneaba con gracia y simpatía,  De inmediato los cinco caballeros de la mesa se pusieron en pie para recibirla. El largo vestido estilo griego, en tonos azules, de la última colección de Versace y la hermosa cabellera castaña, que suelta dibujaba ondas sobre su espalda descubierta; resaltaban aún más su belleza y la  hacían verse como toda una diosa. Los hombres quedaron tan perplejos ante su espectacular aparición que permanecieron sin pronunciar palabra alguna.

-¡Hasta que al fin llegas Cora! Siempre tú tan puntual – dijo Don Ángel con sarcasmo, rompiendo el silencio.

-¿Verdad que sí señor? La puntualidad es una cualidad muy importante- Cora sonrió con sorna  y echó una hojeada a los cuatro hombres que se encontraban junto a su jefe.  Presidía la reunión un anciano demacrado y demente que  parecía apoyarse en su hijo, un apuesto joven de mirada desafiante y actitud feroz. Rápidamente distinguió, además, las miradas lascivas de los otros dos individuos, ambos ya hombres maduros. Cora  se mordió el labio, sostuvo la mirada y finalmente sonrió; tratando como siempre de arrancar unos cuantos suspiros entre los presentes.

-Siéntese por favor señorita Gurmendi- pidió cortésmente el joven que se había percatado del jueguito seductor de la actriz con los presentes, e interiormente reprobaba la falta de seriedad y profesionalismo de sus nuevos socios- Todavía no nos han presentado.

-Disculpen, creo que ya conocen a la señorita Gurmendi - dijo Don Ángel a la par que invitaba al anciano a sentarse; una vez lo hubo hecho se sentaron todos los demás y él prosiguió-. Cora, te presento a mis socios. Primero, el señor Joaquín Mendoza, propietario de “TV latina” y su hijo, don Álvaro Mendoza, director general ejecutivo; Aquí el señor Peter Stewart, secretario general de “Worldview studio”;  y por último, el señor Alfredo Bustamante, presidente de “Telespaña S.L”.

-Un honor conocerlos- Respondió Cora- Bueno ¿Y a qué debo el gusto de esta repentina invitación? Soy toda oídos.

-Los señores han insistido en conocerte- dijo Don Ángel con desgana-  y quieren proponerte algo a pesar de que no me parece…

Cora escuchó con atención. Los allí presentes eran los responsables de importantes empresas televisivas extranjeras y estaban en negociaciones para invertir en un nuevo e importante proyecto con Pangea TV.  Era extraño que  Don Ángel no le hubiese hablado del tema antes y más aún el hecho de que, al contrario de sus socios, se mostrara reacio a concederle el protagónico. La conversación prosiguió y su temática comenzó a aburrir inmensamente a la actriz. No le apetecía para nada escucharlos hablar de cifras, rating, share, condiciones, estudios estadísticos, etc.; De eso ya se encargaba su manager. No entendía qué demonios pintaba ella en esa conversación pero como siempre fingió sentirse muy interesada e incluso participó en la tertulia. Luego, centró su atención en el joven; era atractivo,  pero tan serio y metido en su papel de empresario que parecía no percatarse de su existencia. Una lástima, pensó Cora. Desvió la vista,  al parecer los otros dos peces gordos si tenían sus cinco sentidos puestos en ella.- Ni modo, Cora - se dijo- camarón que se duerme se lo lleva la corriente.

Si en realidad ese proyecto iba a ser tan importante como lo pintaban, ella tenía que estar en él y como por lo visto a Don Ángel no le entusiasmaba la idea, no tenía más remedio que convencer a los inversores de que en verdad ella era la mejor opción.

                                                                                                                                   CONTINUARÁ